Miedo, enojo y culpa: aliados de la compulsión.

Muchos se preguntarán, agobiados por los sentimientos desagradables, «¿Para qué sentimos?» Pudiera parecer que vivir sin sentir resulta más fácil, tanto como razonar que la distancia más corta entre dos puntos, es la recta. Pero, como diría Pascal, el corazón tiene razones que la razón ignora. El corazón, el hígado o la parte del cerebro que controla las emociones, no conocen la recta. Su proceso es complejo y mostrará los frutos de la siembra cuando tal vez no se recuerde qué se sembró ni por qué. Entre los sentimientos que, aparentemente, estorban se encuentran el miedo, el enojo y la culpa. — Fernández Espinosa.1

Muchos se preguntarán, agobiados por los sentimientos desagradables, «¿Para qué sentimos?» Pudiera parecer que vivir sin sentir resulta más fácil, tanto como razonar que la distancia más corta entre dos puntos, es la recta. Pero, como diría Pascal, el corazón tiene razones que la razón ignora. El corazón, el hígado o la parte del cerebro que controla las emociones, no conocen la recta. Su proceso es complejo y mostrará los frutos de la siembra cuando tal vez no se recuerde qué se sembró ni por qué. Entre los sentimientos que, aparentemente, estorban se encuentran el miedo, el enojo y la culpa.
— Fernández Espinosa.

Miedo.
Es un sentimiento innato que permite a los seres vivos saber con claridad qué puede afectarlo, lastimarlo o quitarle la vida. Así, el miedo es necesario para la sobrevivencia física. Sin él no se sabría qué hacer ante el peligro. El estrés que genera el miedo le permite al animal o al hombre poner todos sus sistemas en alerta, utilizar sus recursos de la manera más eficiente posible y hacer lo que sea necesario para sobrevivir.

Enojo.
Es el sentimiento que alerta para la supervivencia emocional. En el caso de los animales, el enojo indica al otro que se invadió un territorio. Pero cuando un animal ha mostrado su jerarquía no necesita mascullar el enojo un minuto más.

Culpa.
Es uno de los sentimientos más desagradables que hay y que más poder dan sobre otro. A una persona que se siente culpable puede manejársele con mucha facilidad. Es una combinación desafortunada entre enojo y miedo. La persona siente enojo por haber hecho lo que hizo, y miedo a ser castigado de cualquier manera…

  1. Fernández Espinosa (2002). ↩︎

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