Acompañamiento y contención terapéutica
La decisión de abandonarse y perderse.
Como seres humanos individuales, en algunos momentos de nuestra cortísima existencia –considerando la aparición del hombre en la Tierra– nos preocupamos por lo que pasará mañana. En este mismo espacio hemos afirmado la necesidad de elaborar un plan de vida acorde con nuestra realidad para, de alguna manera, sujetarlo a nuestras metas y cumplimentarlo con prevención y proyección. Sin embargo, de improviso, y como de la nada, surge la pregunta ¿puedo, de repente, olvidarme de todo y vivir el día de hoy sin pensar en el mañana?
La decisión de abandonarse y perderse.
Como seres humanos individuales, en algunos momentos de nuestra cortísima existencia –considerando la aparición del hombre en la Tierra– nos preocupamos por lo que pasará mañana. En este mismo espacio hemos afirmado la necesidad de elaborar un plan de vida acorde con nuestra realidad para, de alguna manera, sujetarlo a nuestras metas y cumplimentarlo con prevención y proyección. Sin embargo, de improviso, y como de la nada, surge la pregunta ¿puedo, de repente, olvidarme de todo y vivir el día de hoy sin pensar en el mañana?
López García & Pérez Baílon
«Es un proceso de negociación interna en que, además de decidir abandonarnos y perdernos en ese inmenso placer emocional, nos da la oportunidad de sacar a flote mucho de las privaciones y continuar con la incesante búsqueda de nuestra propia globalidad y desarrollo personal.»
¿Por qué acudir a acompañamiento y contención terapéutica? Dificultades frecuentes.
Crisis emocionales.
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Experimentar crisis emocionales puede ser abrumador y desorientador, llevando a sentirse perdido, confundido o desesperado. Estas crisis pueden ser desencadenadas por eventos traumáticos, pérdidas significativas o cambios importantes en la vida. Los síntomas pueden incluir llanto frecuente, dificultad para concentrarse, cambios repentinos en el estado de ánimo y sentimientos de desesperanza. Señales de alerta pueden ser pensamientos de autolesión o suicidio, aislamiento social y problemas para llevar a cabo las actividades diarias. Queremos que sepas que entendemos lo abrumador que puede ser atravesar una crisis emocional y la importancia de buscar ayuda para manejarla de manera segura y saludable. Reconocemos tu valentía al considerar buscar apoyo y estamos aquí para acompañarte en tu proceso de recuperación y bienestar emocional.
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Ansiedad y crisis de pánico.
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La ansiedad y los ataques de pánico pueden interferir significativamente en tu vida diaria, provocando sensaciones intensas de miedo, preocupación y malestar físico. Estos síntomas pueden ser desencadenados por situaciones estresantes, pensamientos negativos o traumas pasados. Pueden manifestarse con síntomas como palpitaciones, dificultad para respirar, mareos, sudoración excesiva y sensación de irrealidad. Señales de alerta incluyen evitar ciertas situaciones por miedo a tener un ataque de pánico, dificultad para controlar los pensamientos ansiosos y problemas para conciliar el sueño. Queremos que sepas que entendemos lo desafiante que puede ser enfrentarse a la ansiedad y los ataques de pánico, y la importancia de buscar ayuda para aprender a manejar estos síntomas. Reconocemos tu valentía al considerar buscar apoyo y estamos aquí para brindarte el apoyo necesario para superar estos desafíos y recuperar tu bienestar emocional.
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Depresión y desmotivación.
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La depresión y la desmotivación pueden afectar tu capacidad para disfrutar de la vida y realizar actividades cotidianas. Estos sentimientos pueden ser desencadenados por eventos estresantes, pérdidas significativas o factores genéticos y bioquímicos. Los síntomas pueden incluir tristeza persistente, pérdida de interés en actividades que antes disfrutabas, cambios en el apetito o el sueño, y dificultad para concentrarte. Señales de alerta pueden ser pensamientos de suicidio, aislamiento social y falta de energía para realizar actividades básicas. Queremos que sepas que entendemos lo abrumador que puede ser enfrentarse a la depresión y la desmotivación, y la importancia de buscar ayuda para obtener apoyo y tratamiento adecuados. Reconocemos tu valentía al considerar buscar ayuda y estamos aquí para acompañarte en tu camino hacia la recuperación y el bienestar emocional.
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Estrés y sobrecarga.
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Sentirte abrumado por el estrés y la sobrecarga puede afectar tu bienestar físico y emocional. Esto puede manifestarse con síntomas como fatiga, irritabilidad, dificultades para concentrarte y problemas para conciliar el sueño. Señales de alerta incluyen sentirte constantemente agotado, tener dificultades para cumplir con tus responsabilidades diarias y experimentar síntomas físicos como dolores de cabeza o tensión muscular. Queremos que sepas que reconocemos la carga que llevas y la importancia de buscar ayuda para encontrar formas de aliviar el estrés y cuidar de ti mismo. Estamos aquí para brindarte el apoyo y la contención que necesitas para recuperar tu bienestar.
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Duelo y pérdida.
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El duelo y la pérdida pueden provocar una amplia gama de emociones difíciles de manejar, como tristeza, ira, culpa y confusión. Estos sentimientos pueden ser desencadenados por la muerte de un ser querido, la pérdida de una relación significativa o cambios importantes en la vida. Los síntomas pueden incluir llanto frecuente, falta de apetito, dificultad para dormir y aislamiento social. Señales de alerta pueden ser pensamientos de autolesión o suicidio, evitación de recordatorios del fallecido y dificultad para realizar tareas diarias. Queremos que sepas que entendemos lo doloroso que puede ser enfrentarse al duelo y la pérdida, y la importancia de buscar ayuda para recibir apoyo durante este proceso. Reconocemos tu valentía al considerar buscar ayuda y estamos aquí para ofrecerte el acompañamiento y la contención que necesitas para atravesar este difícil momento y encontrar la sanación.
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Conflictos interpersonales.
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Los problemas en las relaciones y los conflictos interpersonales pueden generar angustia y malestar emocional. Esto puede manifestarse con síntomas como discusiones frecuentes, sentimientos de resentimiento, falta de comunicación efectiva y dificultades para establecer límites saludables. Señales de alerta incluyen evitación de ciertas personas o situaciones, sentimientos de soledad y aislamiento social. Comprendemos lo difícil que puede ser enfrentarse a problemas en las relaciones. Reconocemos tus sentimientos y pensamientos, y queremos que sepas que tu situación es importante y merece atención. Te alentamos a buscar ayuda profesional para trabajar en tus relaciones y encontrar soluciones constructivas a tus conflictos.
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Preguntas frecuentes.
Traumatismos y consecuencias: Un cuerpo herido afecta la psique.
Las descompensaciones psicóticas o los episodios depresivos pueden revelar una enfermedad psiquiátrica. Pero también hay quienes desarrollan un problema psíquico después de un trauma. ¿Cómo un accidente o una enfermedad orgánica pueden estropear nuestra salud mental? Todo parece ir bien y, de repente, la vida se tambalea. Un accidente de carretera, el desarrollo de una enfermedad grave, un ataque cerebral, y el mundo se derrumba. Al principio, hay que sobrevivir y todas las fuerzas están enfocadas hacia esa meta. Luego, hay que aprender a vivir, muchas veces de manera diferente a la que conocíamos hasta entonces. Otro cuerpo, otro marco, otras referencias.
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El manejo de los sentimientos.
El ser humano nace con la capacidad de sentir. Porque sentir es estar involucrado con algo o alguien, y para poder sobrevivir emocionalmente se necesita de alguien con quien relacionarse. Según Agnes Heller, existen cinco sentimientos básicos que son innatos: miedo, alegría, tristeza, enojo, afecto. Al mismo tiempo que los sentimientos son innatos, son también históricos, es decir, se aprenden como son enseñados. Si en la familia la tristeza estaba prohibida y en vez de llorar se cuentan chistes, a pesar de sentir la tristeza, tal vez después no se sabrá expresarla, y llegará un momento en que ni siquiera se registre el sentimiento. Los sentimientos pueden estar prohibidos, exagerados, y por lo tanto disminuidos o desproporcionados.
Hambre sabia, conciencia viva.
Hace algunos años, aparecía en la televisión un anuncio que decía: «Tú sabes cuándo y tú sabes cuánto». Este anuncio mostraba la alegría que procede a unas cuantas copas de brandy entre amigos. El «tú sabes cuándo y cuánto» era otra forma elegante de decir «todo con medida», que parece lavar las conciencias de quienes ganan millones de pesos con su Majestad el Alcohol. Y esa simple frase de saber cuándo y cuánto ha traído algunos problemas a quienes nos dedicamos al tema de las adicciones. Nacemos con la capacidad de saber cuándo y cuánto.
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Muchos se preguntarán, agobiados por los sentimientos desagradables, «¿Para qué sentimos?» Pudiera parecer que vivir sin sentir resulta más fácil, tanto como razonar que la distancia más corta entre dos puntos, es la recta. Pero, como diría Pascal, el corazón tiene razones que la razón ignora. El corazón, el hígado o la parte del cerebro que controla las emociones, no conocen la recta. Su proceso es complejo y mostrará los frutos de la siembra cuando tal vez no se recuerde qué se sembró ni por qué. Entre los sentimientos que, aparentemente, estorban se encuentran el miedo, el enojo y la culpa.
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