Trastornos duales: Manía y adicción – Parte II.

La manía es el extremo opuesto de la Depresión. De hecho, muchas personas padecen la enfermedad maníaco-depresiva (etiquetada en las clasificaciones médicas actuales como Trastorno afectivo bipolar) que se caracteriza por la presencia de episodios alternativos de manía y depresión. Esto quiere decir que la persona afectada presenta ciclos depresivos que se alternan con otros ciclos maníacos. Hay otras variantes de la enfermedad maníaco depresiva: el Trastorno afectivo monopolar depresivo, en el que el enfermo sólo presenta ciclos depresivos y el Trastorno afectivo monopolar maníaco, en el que el paciente tan sólo manifiesta episodios maníacos.— Elionzo López.1

La manía es el extremo opuesto de la Depresión. De hecho, muchas personas padecen la enfermedad maníaco-depresiva (etiquetada en las clasificaciones médicas actuales como Trastorno afectivo bipolar) que se caracteriza por la presencia de episodios alternativos de manía y depresión. Esto quiere decir que la persona afectada presenta ciclos depresivos que se alternan con otros ciclos maníacos. Hay otras variantes de la enfermedad maníaco depresiva: el Trastorno afectivo monopolar depresivo, en el que el enfermo sólo presenta ciclos depresivos y el Trastorno afectivo monopolar maníaco, en el que el paciente tan sólo manifiesta episodios maníacos.
— Elionzo López.

En la literatura médica se reporta continuamente una gran asociación entre Enfermedad maníaco-depresiva y adicciones. Las adicciones más frecuentes asociadas al Trastorno maníaco-depresivo son el alcoholismo, la adicción a la mariguana y la adicción a los estimulantes, principalmente cocaína y anfetaminas. Ya entendiendo lo que es la enfermedad maníaco-depresiva nos centraremos en esta ocasión en la Manía, ya que en el número anterior de Addictus se trató en esta misma columna el tema de la depresión.

¿Qué es la manía? Algunas personas tienen la fortuna de poseer una alegría y energía inextinguibles. Pronto se convierten en el centro de cada grupo al que se unen. Pueden ser un tanto superficiales, pero sin embargo son también cautos. Son los que se mueven y actúan en el mundo. Parece que nunca dudan de sí mismos, y sólo redoblan esfuerzos si encuentran dificultades para conseguir sus deseos. En la manía, estas características se intensifican. Existe una triada sintomática clásica en los maníacos: 1) Están alegres, eufóricos, muy optimistas, pero emocionalmente inestables; 2) Piensan y hablan en forma abundante y rápida y 3) Su energía y actividad motora están muy aumentadas.

Al maníaco le fluyen los pensamientos en forma muy acelerada, por lo que no para de hablar, y lo hace en forma fácil, festiva, persuasiva e interminable. Es simpático y amistoso, exageradamente sociable, irradia buena salud. Está activo constantemente y no parece cansarse nunca. Tiene serias fallas en la concentración: está distraído, quiere tratar varios temas a la vez y brinca de un tema a otro sin terminar nunca una conversación. Es muy impulsivo y toma decisiones en forma muy superficial. Esto lo lleva a…

  1. Elizondo López (1996). ↩︎

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