Estados expansivos y consumo de drogas.
Las emociones constituyen la compleja resultante de la interacción de factores fenomenológicos y psicosociales que son procesados por una estructura neurobiológica. La amplia gama de emociones experimentadas por el hombre se puede dividir en dos grandes grupos: las emociones eufóricas (relacionadas al bienestar y la alegría) y las emociones disfóricas (relacionadas al malestar y la tristeza). — Elizondo López.1
Las emociones constituyen la compleja resultante de la interacción de factores fenomenológicos y psicosociales que son procesados por una estructura neurobiológica. La amplia gama de emociones experimentadas por el hombre se puede dividir en dos grandes grupos: las emociones eufóricas (relacionadas al bienestar y la alegría) y las emociones disfóricas (relacionadas al malestar y la tristeza).
— Elizondo López.
Un interesante artículo publicado en París por los Doctores Tawil, Mirabel, Hausser y Alby hace un completo análisis de lo que ellos denominan los estados expansivos, que constituyen una manifestación frecuente e importante de la patología psiquiátrica que se maneja a nivel clínico.
El adjetivo expansivo constituye la contraparte del muy conocido fenómeno de la depresión. Se define el estado expansivo como el que sufre un sujeto que no sabe encerrar sus sentimientos, que se expresa efusivamente. Desde el punto de vista psicopatológico, toca a las modificaciones del comportamiento y de la afectividad en el sentido de la exteriorización, de la exaltación y de la exuberancia.
Se habla de expansividad primaria y de expansividad secundaria. La primera se refiere a los clásicos cuadros de manía que se presentan en la psicosis maniaco-depresiva. El concepto de expansividad secundaria –que es el que interesa a la adictología– se define por la aparición de síntomas maniacos en sujetos sin antecedentes de haber padecido la psicosis maniaco-depresiva, pero que han consumido ciertas sustancias capaces de provocar estados expansivos.
- Elizondo López (1994). ↩︎