¿Cómo se enferma el cerebro de los adictos?
Muchas personas, incluso médicos, aún se muestran reticentes a la afirmación de que la drogadicción es una enfermedad. Piensan que en todo caso, puede ser considerada como un problema psicosocial cuya solución va a depender de la fuerza de voluntad del sujeto para la corrección de tal desorden. El pretender conceptualizar así el problema de las farmacodependencias, incluyendo el alcoholismo, es un grave error pues lleva, a quien piensa así, a desmedicalizar el problema y querer manejarlo más adentro de un modelo socio-moral, que dentro de un modelo médico-psicológico. — Elizondo López.1
Muchas personas, incluso médicos, aún se muestran reticentes a la afirmación de que la drogadicción es una enfermedad. Piensan que en todo caso, puede ser considerada como un problema psicosocial cuya solución va a depender de la fuerza de voluntad del sujeto para la corrección de tal desorden. El pretender conceptualizar así el problema de las farmacodependencias, incluyendo el alcoholismo, es un grave error pues lleva, a quien piensa así, a desmedicalizar el problema y querer manejarlo más adentro de un modelo socio-moral, que dentro de un modelo médico-psicológico.
— Elizondo López.
Las investigaciones biopsiquiátricas, dentro del campo de la adictología, desarrolladas en los últimos 20 años, han demostrado algunas evidencias que permiten demostrar que el consumo repetido y excesivo de sustancias adictivas, inducen ciertos cambios en determinadas zonas del cerebro que van a provocar ciertas alteraciones de tipo químico en la sinapsis (zona de la neurona donde la célula cerebral transmite su mensaje a otra) con la consecuente alteración en la concentración intracerebral de ciertos neurotransmisores, que van a provocar algunas alteraciones de la conducta que son propias de la enfermedad adictiva tales como la apetencia excesiva por determinada sustancia, la compulsión por su consumo, la insaciabilidad, la tolerancia y el síndrome de supresión.
A continuación, mencionaremos algunas de estas investigaciones que han permitido que se conozca mejor el substratum neuro-químico que descompone el cerebro de los que consumen repetidamente alcohol y otras drogas.
En 1973, Pert y Snyder de la Universidad John Hopkins, localizaron e identificaron receptores opiáceos específicos en el cerebro, donde se adhieren las moléculas para ejercer sus efectos. La existencia de dichos receptores sugirió que había opiáceos naturales producidos por el mismo cuerpo, ya que era difícil que los receptores de dichas sustancias estuvieran allí para obrar en combinación con los opiáceos provenientes de fuera del organismo. Más tarde, Pert, descubrió tales receptores en formas inferiores de vida animal, incluyendo la lamprea, el vertebrado más antiguo que se conoce…
- Elizondo López (1994). ↩︎