Un paciente alcohólico al relatar su historia clínica comentaba: «Yo era muy nervioso y para poder calmar la angustia que me provocaba viajar en avión, me tenía que beber dos o tres tragos». Una adicta al Valium relataba que empezó a tomar los tranquilizantes porque trabajaba en un onceavo piso y sentía un incontrolable ansiedad cada vez que utilizaba el elevador, pero llegó un momento en que las dosis iniciales del Valium ya no la calmaban; por esta razón fue aumentando la dosis gradualmente hasta hacerse adicta.

Los ejemplos anteriores los encontramos por cientos en los programas para tratamiento y rehabilitación de adictos. También observamos que muchos pacientes alcohólicos o drogadictos que empiezan exitosamente un programa de recuperación, recaen cuando confrontan experiencias que les vuelven a provocar estos cuadros de angustia.

Estos ejemplos corresponden a pacientes que padecen un trastorno dual: Adicción y lo que los psiquiatras denominan Trastorno por ansiedad.

El trastorno por ansiedad, asociado a la adicción (principalmente en adictos a alcohol, tranquilizantes, barbitúricos y mariguana) es uno de los trastornos duales más frecuentes. Sin embargo, muchísimos adictos que padecen este trastorno por ansiedad lo ignoran y, por lo tanto, nunca buscan ayuda profesional para su tratamiento.