Todo parece ir bien y, de repente, la vida se tambalea. Un accidente de carretera, el desarrollo de una enfermedad grave, un ataque cerebral, y el mundo se derrumba. Al principio, hay que sobrevivir y todas las fuerzas están enfocadas hacia esa meta. Luego, hay que aprender a vivir, muchas veces de manera diferente a la que conocíamos hasta entonces. Otro cuerpo, otro marco, otras referencias. Por si esto no fuera poco, algunas personas desarrollan una patología psiquiátrica severa. Prácticamente todas las heridas pueden dar origen a este caos, pero algunas son muy riesgosas.

Accidentes vasculares cerebrales.
Los accidentes vasculares cerebrales (avc), comúnmente llamados ataques cerebrales representan la tercera causa de mortalidad, después de las enfermedades cardiovasculares y el cáncer. Según la Organización Mundial de la Salud (oms), un avc tiene lugar cada cinco segundos en el mundo. En Suiza, cada año, alrededor de 12,500 personas sufren de un ataque cerebral. Un tercio de ellas perecen, mientras que las otras (una persona de cada cuatro aproximadamente) deben enfrentar secuelas graves y ya no son capaces de llevar una vida autónoma.

¿Qué es un ataque cerebral?
Para que un cerebro pueda cumplir con sus funciones correctamente, necesita una cantidad importante de energía. Sin embargo, el cerebro es el órgano del cuerpo menos apto para almacenarla. Por esta razón necesita un aporte permanente de oxígeno y de sustancias nutritivas como el azúcar, por ejemplo.